tu recuerdo se fragmenta
diluyéndose en el caudal del tiempo,
lo veo partir en hojas tarde
mas regresa apropiado
de incompletas ecuaciones que me asombran
agarrándose de los huesos
inundando de geranios los espacios.
Pretendiendo que no estás
cierro puertas con insistencia
pero los reflejos de nuestras horas
se reproducen en las células como un
torrente
y su huella se adhiere a la columna dual del
ADN.
Pretendiendo que no vienes
tu
presencia se aleja mariposa inquieta
mas persiste oculta en mis cabellos
revoloteando con el viento
cruza fronteras infranqueables que estaban
allí
desde cuando no sabía que el amor llega tan
lejos.
Pretendiendo que no eres
le pintas geranios a la luna
con un pincel de esperas
que se nutre en lo profundo de tus ojos
y repites antiguos mantras
transportan a planicies arena sol
a ejércitos de picos puntiagudos que rayan
nubes
reflejados en celestes lagunas solitarias.
Pretendiendo que no te amo
volutas grises me envuelven
por recorridos serpenteantes de la Ronda
en tardes andinas bañadas de sol
y te paseo pegado a mi piel
escondidas rutas de insomnio
laberínticos caminos de locura.
Pretendiendo que no vuelves
geranio ingrato
vuelves
siempre
sin volver.
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