
viejos herreros te afilan al sol de la mañana.
Llega pensamos sin razón
no la necesita
se instala en el alma
empujando sus huesudos codos.
Aullan los lobos
sirenas trompos ruidosos
dan vueltas
y vueltas.
Rojos alacranes enfilados
sacan de los escombros
hilos, fotos, cartas
manos chiquitas y otras no tanto
muertos que hieden
muertos que transpiramos
de tanto verlos pensamos
ya no duele
ya no duele
ya no duele.
¡Carajo!
Cada día duele más.
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