Amanecen tristes días grises
columnas de fuego los Andes estremecen
y el viento vaga murmurando que no estás.
Mis raíces convulsionan recibiendo este mensaje.
Se pierde el eco de mis tacones calle al fondo
y un arco de geranios triunfal, grita que no es cierto.
Tornan hojas y rocío a mis lágrimas
y colores fucsias por ventanas desoladas.
Tu cuerpo no late junto al mío, amor,
ni puedo beber geranios tintos en noches de bohemia.
Tu recuerdo se pasea colorido por balaustres y ventanas
y estremezco notarme florecida en mis entrañas.
¿Dónde estás trovador de jardines moros
por qué calla tu piano
en que rincón descansan las notas que abren mis pétalos, sin ti, desubicados
dónde la armonía a reconstruir vegetal deseo
que pueble de verdor mis yermas ramas?
El viento vuelve y murmura que no estás…
y mis raíces convulsionan recibiendo este mensaje.
Este poema fue escrito por una mujer virtuosa, sensible y brillante. Gracias, por hacernos soñar y vibrar con cada uno de sus poemas. Gracias, por existir. Gracias, por su leal y sincera amistad. Le quiero mucho, mucho. You are an excellent person. Thanks, for all.
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